El esguince de tobillo o como se conoce en términos científicos, entorsis de tobillo. Nos referimos a ello cuando un ligamento que está sujetando la articulación del tobillo para darle estabilidad se daña. En estos casos, lo primero es saber cuál es el ligamento que se ha dañado. Lo más frecuente por prevalencia es que se dañen los ligamentos laterales, los que se describen como los de fuera, es decir, los que están al lado del dedo meñique.
Cuando se daña esta zona hay diferentes ligamentos. El que más se suele dañar es el ligamento peroneo astragalino anterior, seguido del peroneo calcáneo y del ligamento tibio peroneo anteroinferior. No obstante, existen otros ligamentos que también se pueden dañar.
Lo primero que hay que averiguar es qué ligamento exactamente se ha dañado y otra de las cosas importantes es conocer el grado. Se establecen tres grados de esguince de tobillo:
- 1. Se produce una pequeña distensión.
- 2. Cuando la distensión ha provocado rotura en las fibras que tiene el ligamento.
- 3. La consecuencia es una rotura completa.
Saber el grado de afectación es importante porque esto será de vital importancia en la elección del tratamiento. Por ejemplo, en un esguince de tobillo de grado 3 el tratamiento a seguir es quirúrgico. Mientras que un grado 2 puede tratarse únicamente con algún tipo de infiltración y el grado 1 con rehabilitación sería suficiente.
¿Qué es un esguince crónico de tobillo?
Realmente los esguinces crónicos de tobillos no existen, ya que cuando una persona se hace un esguince se cura, es decir, no dura siempre.
Lo que sucede es que a veces la forma de curarse no es completa o dicho de otra forma “quedan secuelas” y por tanto, es más fácil que se vuelva a producir porque la estructura no sujeta como debería el tobillo (el tobillo es más inestable). Esto provoca lo que se conoce como una inestabilidad crónica de tobillo.
En estos casos la articulación tiene microinestabilidades que acaban provocando pinzamientos de tobillo a largo plazo. Estos pinzamientos habría que tratarlos con artroscopia para darle mayor estabilidad a la articulación, es decir, volver a tensar ese ligamento y hacer una limpieza del tejido no viable de la articulación.